









Camila Svenson es una artista interdisciplinaria queer, que trabaja con objetos, video y fotografía. Vive y trabaja en Sao Paolo, Brasil. Se graduó del programa de Fotografía documental y foto periodismo del International Center of Photography (ICP) de Nueva York.
Camila ha sido parte de varias exposiciones colectivas en Brasil y en el exterior, tales como Girl Gaze en el Annenberg space for photography en Los Ángeles, Zip Up en el Zipper gallery de Sao Paolo y Notas al futuro en la galería Breve de Ciudad de México. La exposición individual “You will never walk alone” tuvo lugar en el museo de imagen y sonido de Sao Paolo. En el 2019 recibió la beca de la universidad de Amsterdam para trabajar en un proyecto con la temática de “adolescencia en Brasil”. En el 2020 recibió un premio de parte de la residencia de arte de Kooshk, Irán. En su obra, está interesada en la gente, lugares el vínculo con la memoria y relaciones humanas.
En mi obra estoy constantemente enfocada en memoria, relaciones, auto-representación y ficción. Me interesa cuestionar la fragilidad de la imagen como un documento de veracidad y como la idea de la ficción puede ser articulada dentro de narrativas visuales. Mi trabajo frecuentemente involucra métodos participativos para incluir al retratado en el proceso creativo. De esa manera investigo como se dan estos encuentros y son modificados cuando son mediados por la cámara y el acto fotográfico.
Mi práctica artística se encuentra mayormente incentivada en los encuentros que yo establezco con los demás. Disfruto conocer a las personas y escuchar sus historias, entrar en la casa de un extraño y observar espacios y objetos. Empecé fotografiando a mi familia y los lugares que me eran significativos. Estas son las ideas que han permeado constantemente mi trabajo y sirven como un punto de partida para lidiar con diferentes temas, incluso a un nivel inconsciente. Estoy constantemente tratando de encontrar un limbo imaginario en todo lo que fotografío. Un lugar ficcional de transición donde los límites se disuelven y nosotros nos paramos ahí, en el portal, esperando estáticos ese paso desde lo que fuimos hacia lo que estamos por ser.
